Tashi Wangchuk, un inocente comerciante tibetano y defensor del idioma, fue condenado a cinco años de prisión por las autoridades chinas por cargos falsos de ‘incitar al separatismo’.
¿SU CRIMEN? Reclamar públicamente su derecho a la educación en idioma tibetano.
En noviembre de 2015, el New York Times entrevistó a Tashi sobre su misión como defensor de los derechos del idioma tibetano. Su preocupación surgió después de que cerraron las clases en su área local, lo que generó temores de que las futuras generaciones de tibetanos crezcan sin poder hablar su lengua materna.
La entrevista resultó en el cortometraje “A Tibetan’s Journey for Justice” (El viaje de un tibetano por la justicia), que cubre los intentos de Tashi de presentar una demanda contra los funcionarios locales por la falta de educación del idioma tibetano en las escuelas.
El 4 de enero de 2018, después de dos años en detención, Tashi Wangchuk finalmente fue juzgado. La audiencia de cuatro horas concluyó sin veredicto ni sentencia, que finalmente llegó el 22 de mayo de 2018.